Una vez que un bebé nace, es habitual que los profesionales de la salud lo examinen detenidamente. Uno de los aspectos que se monitoriza con atención es la ictericia. Esta condición es común en la mayoría de los recién nacidos. Sin embargo, si la ictericia se presenta en niveles inusuales, se tomarán las medidas necesarias para controlarla. La ictericia es más frecuente en los bebés alimentados con leche materna y puede prolongarse un poco más. Lamentablemente, hay poca información clara sobre cómo manejar la ictericia en los bebés amamantados, y el tratamiento puede influir significativamente en la relación a largo plazo con la lactancia.
¿Qué es la ictericia del recién nacido?
La ictericia es una afección que puede manifestarse en los recién nacidos entre 2 y 3 días después del parto. Se caracteriza por una coloración amarillenta en la piel y en el blanco de los ojos, causada por niveles elevados de bilirrubina en la sangre del bebé. Generalmente, la ictericia aparece primero en la cara y luego se extiende al pecho, abdomen, brazos y piernas. Es más visible bajo luz natural y puede ser más difícil de identificar en bebés con piel oscura. Si se sospecha ictericia, el médico realizará análisis de sangre para medir los niveles de bilirrubina.
¿Qué causa la ictericia en el bebé amamantado?
- Ictericia fisiológica: Este es el tipo más común y normal de ictericia en los recién nacidos, afectando aproximadamente al 60% de los bebés durante su primera semana de vida. Es causada por la acumulación de bilirrubina, una sustancia que se genera al descomponer los glóbulos rojos. Esta ictericia se desarrolla cuando el hígado del bebé aún no es lo suficientemente eficaz para eliminar la bilirrubina y suele resolverse en 1-2 semanas.
- Ictericia por leche materna: Esta ictericia persiste incluso después de que la ictericia fisiológica ha desaparecido. Se observa en bebés alimentados con leche materna que son generalmente sanos, aunque la causa exacta no se conoce. Se especula que puede estar relacionada con alguna sustancia en la leche materna que impide la descomposición de la bilirrubina. Es importante aclarar que esta forma de ictericia no indica un problema con la leche materna, y la lactancia no debe interrumpirse. La ictericia por leche materna puede durar entre 3 y 12 semanas, pero generalmente no produce complicaciones graves siempre que el bebé se alimente bien y sus niveles de bilirrubina sean monitoreados.
- Ictericia por lactancia: Esta condición ocurre cuando el bebé no recibe suficiente leche materna. A diferencia de la ictericia por leche materna, esta situación está relacionada con la ingesta inadecuada. Asegurarse de que el bebé reciba cantidades adecuadas de leche materna es crucial para ayudar a eliminar la bilirrubina. La ictericia por lactancia puede resolverse aumentando la frecuencia de las alimentaciones y, si es necesario, la asistencia de un especialista en lactancia.
¿Cuál es el tratamiento para la ictericia en el bebé amamantado?
Si los niveles de bilirrubina son inferiores a 20 miligramos, se suelen aplicar las siguientes estrategias para manejar la ictericia en bebés sanos alimentados con leche materna:
- Aumentar las alimentaciones a 8-12 veces al día. Esto ayuda a eliminar la bilirrubina a través de un mayor número de deposiciones.
- Trabajar con un profesional de la lactancia para asegurar que el bebé se agarre correctamente al pecho y reciba la cantidad de leche necesaria.
- Si se recomienda suplementación, colaborar con un especialista en lactancia para usar una sonda de lactancia. Esto permite administrar leche materna extraída o una mezcla de leche materna y fórmula sin interrumpir la producción de leche. Para más información sobre este proceso, puedes consultar cómo funciona en este enlace.
En raras ocasiones, detener la lactancia materna puede ser una medida efectiva para tratar la ictericia. Si los niveles de bilirrubina superan los 20 miligramos, a veces se sugiere interrumpir la lactancia durante 24 horas.
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Resumen:
La ictericia es una condición común en recién nacidos, especialmente en aquellos alimentados con leche materna. Existen diferentes tipos de ictericia, y aunque la mayoría se resuelve sin complicaciones, es crucial monitorear los niveles de bilirrubina y asegurar que el bebé esté alimentándose adecuadamente. Trabajar con profesionales en lactancia puede ayudar a manejar la situación, y hay recursos disponibles para apoyar a las familias en su camino hacia la concepción y la crianza.